Supongo que la gran mayoría de las personas conocen o escucharon hablar de Tikal por lo espectacular que resultan sus restos arqueológicos y su estado de conservación, los templos y las pirámides que la civilización Maya construyo entre los años 250 a.C hasta el 1520 d.C, cuando los españoles irrumpieron en este territorio.
Efectivamente así es, pero hay algo que esta a la par de todo ese genio que deslumbra y es el contexto en el que se encuentran. Es la selva la que le da toda esa magia cautivante, los animales que se ven, se escuchan y la potencia de las plantas y los árboles.
Caminas por senderos que parecen infinitos, nunca se sabe bien hacia donde vas, se pierden las referencias, como entrar a túneles,
que a la madrugada la bruma les inyecta un clima tenebroso.
Subimos escaleras de raíces,
y entre la tupida maleza se abren ventanas que te dejan ver las ruinas desde lejos como haciendote desear.
pero siempre se llega a algún lado y suele no descepcionar.
Ese punto amarillo sentado en el primer escalon es Augusto, pero mejor se los muestro un poco mas de cerca para que tengan una idea de lo empinada que son esas escaleras.
Lo increíble no es que los Mayas hayan hecho sus escaleras de esta forma, dado que debajo de cada una de estas pirámides se encuentran otras 4, 5 o 6 mas antiguas que los sucesivos reyes utilizaban como cimiento para no tener que empezar a construirlas de cero y poder hacer una mas alta demostrando su grandeza, sino que en la actualidad hayan construido a su lado una escalera de madera el doble o el triple de empinada, que con la llovizna se pone resbaloza, para que los visitantes puedan subir "cómodamente y sin problemas".Augusto que descubrió que sufre de vértigo, intentando subir la escalera se abatato en la mitad, le empezaron a temblar las piernas y casi lo tenemos que bajar en helicóptero, estuvo durante toda la cima como si estuviera imantado a la pared, apoyado en la piedra, sin siquiera intentar acercarse a la escalinata para ver hacia abajo, debe ser una sensación desesperante.
Pero la verdad es que llegar hasta allí arriba tiene su recompensa,
las vistas desde lo alto son increíbles y poder superar las copas de los arboles te permite ver como se asoman esas rocas del manto verde infinito.
Una vez de regreso abajo, es importante descansar para poder seguir la caminata.
Solos y tranquilos.
Siempre hay algún pelotudo que se tienta a dejar su impronta en este lugar sagrado a pesar de los carteles que advierten lo contrario.
Para los mas observadores les dejo la tarea de descubrirlo...
No supongan que fui yo, les pido por favor, soy muy respetuoso de estos lugares.
Entre otras cosas me sorprendió la soledad con la que se camina por todo el predio de este yacimiento tan importante del mundo Maya, como si estuviera olvidado por la gente.
Esto lo hace mas mágico y permite que los animales caminen a la par de uno, como disfrutando de las ruinas.
Un zorro,
Faisanes, arañas,
Son suaves y cariñosas, no se quieren despegar de arriba tuyo.
También vimos monos, coaties, tucanes, pájaros carpinteros, tepezcuintles, serpientes y miles mas.
Los dos arboles que mas me impactaron fueron esta Ceiba (árbol nacional) enorme
y lo que ellos llaman el Matapalo.
Un arbol que se aprovecha parasitariamente de la energia de otro para crecer a costa suyo.
Yo prefiero llamarlo el abrazo del amor, sin pensar que hay amores que matan...
Un dia largo que supone quedar exhausto.
Pero que tiene su recompensa cuando a las 18:00 se sube al imponente Templo IV de 76 metros de altura y se disfruta de un gran atardecer.
Y después la larga caminata de regreso, para salir del predio, iluminados por la tenue luz que daba la luna en cuarto creciente,
recortando la fantasmal silueta del Templo I, Gran Jaguar.
Efectivamente así es, pero hay algo que esta a la par de todo ese genio que deslumbra y es el contexto en el que se encuentran. Es la selva la que le da toda esa magia cautivante, los animales que se ven, se escuchan y la potencia de las plantas y los árboles.
Caminas por senderos que parecen infinitos, nunca se sabe bien hacia donde vas, se pierden las referencias, como entrar a túneles,
que a la madrugada la bruma les inyecta un clima tenebroso.
Subimos escaleras de raíces,
y entre la tupida maleza se abren ventanas que te dejan ver las ruinas desde lejos como haciendote desear.
pero siempre se llega a algún lado y suele no descepcionar.
Ese punto amarillo sentado en el primer escalon es Augusto, pero mejor se los muestro un poco mas de cerca para que tengan una idea de lo empinada que son esas escaleras.
Lo increíble no es que los Mayas hayan hecho sus escaleras de esta forma, dado que debajo de cada una de estas pirámides se encuentran otras 4, 5 o 6 mas antiguas que los sucesivos reyes utilizaban como cimiento para no tener que empezar a construirlas de cero y poder hacer una mas alta demostrando su grandeza, sino que en la actualidad hayan construido a su lado una escalera de madera el doble o el triple de empinada, que con la llovizna se pone resbaloza, para que los visitantes puedan subir "cómodamente y sin problemas".
Pero la verdad es que llegar hasta allí arriba tiene su recompensa,
las vistas desde lo alto son increíbles y poder superar las copas de los arboles te permite ver como se asoman esas rocas del manto verde infinito.
Una vez de regreso abajo, es importante descansar para poder seguir la caminata.
Solos y tranquilos.
Siempre hay algún pelotudo que se tienta a dejar su impronta en este lugar sagrado a pesar de los carteles que advierten lo contrario.
Para los mas observadores les dejo la tarea de descubrirlo...
No supongan que fui yo, les pido por favor, soy muy respetuoso de estos lugares.
Entre otras cosas me sorprendió la soledad con la que se camina por todo el predio de este yacimiento tan importante del mundo Maya, como si estuviera olvidado por la gente.
Esto lo hace mas mágico y permite que los animales caminen a la par de uno, como disfrutando de las ruinas.
Un zorro,
Faisanes, arañas,
Son suaves y cariñosas, no se quieren despegar de arriba tuyo.
También vimos monos, coaties, tucanes, pájaros carpinteros, tepezcuintles, serpientes y miles mas.
Los dos arboles que mas me impactaron fueron esta Ceiba (árbol nacional) enorme
y lo que ellos llaman el Matapalo.
Un arbol que se aprovecha parasitariamente de la energia de otro para crecer a costa suyo.
Yo prefiero llamarlo el abrazo del amor, sin pensar que hay amores que matan...
Un dia largo que supone quedar exhausto.
Pero que tiene su recompensa cuando a las 18:00 se sube al imponente Templo IV de 76 metros de altura y se disfruta de un gran atardecer.
Y después la larga caminata de regreso, para salir del predio, iluminados por la tenue luz que daba la luna en cuarto creciente,
recortando la fantasmal silueta del Templo I, Gran Jaguar.
9 comentarios:
Muy buenas las fotos... en Mexico me quedé muy con las ganas de ver ruinas mayas, me imagino que deben ser increíbles!
Besos!
Serán estas las energías que vienen después del 2012?
Qué bueno sería!!!
Fantásticas imágenes y relatos
M
Esta claro que vos no escribiste la ruina, yo leo "FEDE TE AMO". Cuidado, las ruinas ya te ubicaron...
Fede: estoy siguiendo tu blog y te admiro. Me gusta tanto el texto como las fotos. Son maravillosos!!!
Ali de Ruiter (amiga de tu mamá)
P.D. Estoy esperando los videos prometidos...
Fede,
Buenisimas las fotos y el relato! Te hacen entender mucho el lugar y su gente. Abrazo y que sigan los relatos, adonde vas ahora?
Guido
Fede, bellisimo el relato, por un segundo estuve arriba de una pirámide Maya :)
saludos
GuillermiNA
naaa, me mató el manejo de la araña... marley no esistís!!!
Y fue entonces que una tarantula, enamorada entre tanto mimo, salió desaforada a hacer una pintada en las ruinas... Tepezcuinxle!
ahhhhh borghini la araña!!! qué impresión..!! tan interesante como tus otros viajes! DALEE GURUUUU
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