martes, 8 de marzo de 2011

Cayos Zapotillas (Belice) - 2 de Marzo

Nunca pensé que iba a trabajar de cocinero en un cayo de Belice.
Viaje de Río dulce hasta Livignston y mi gran interés por conocer los callos Belizanos me empujo a la aventura. Recién llegado al puerto de Livingston y sin siquiera apoyar la mochila en el piso oloriento a pescado comencé a preguntar a los capitanes de los barcos si sabían alguna forma de conocer los cayos.
El gran Nelo me contó que era difícil porque la temporada turística es baja y generalmente se acostumbra a armar grupos de 6 como mínimo para visitar los cayos. Evidentemente mi cara de decepción y mi insistencia lo movió a indagar un poco mas. Así es como conseguí dar con un grupo de chapines que partían para los cayos en 3 horas con la idea de pescar, bucear y acampar en la playa, el plan perfecto. Los encare en el muelle cuando vinieron para la lancha que los llevaría y después de una ardua negociación no aceptaron llevarme porque yo les ofrecía menos dinero de lo que pretendían. La lancha zarpo y los perdí de vista.
Yo siempre pensé que mirar el canal del Gourmet me iba a dar frutos, pero nunca pensé que seria acá,
mientras caminaba hacia el hotel escuche que gritaban mi nombre desde lejos, en el muelle de la gasolinera. Los chapines me llamaron y me preguntaron si sabia cocinar, JA JA JA, a mi juego me llamaron. Despues de contarle un par de recetas a Gustavo para demostrar mis habilidades culinarias se convenció y me dijo que quería que los acompañe. Salimos tarde de Livingston y después de 2 horas de viaje por mar abierto hacia la misma nada vimos a lo lejos los cocoteros de los cayos al atardecer.
La gran sorpresa fue a la mañana siguiente cuando desperté y al salir de la carpa me encontré en este lugar
Este es el bungalow abandonado en el cayo Nicolás.
Este islote no mide mas de 150 metros de diámetro.
Usamos su galería para improvisar una cocina y así cocine el primer desayuno

Ahí viene Manuel, el capitán y guia contratado por Gustavo, a buscar sus huevos revueltos con cebolla tomate y jamón, acompañados con un plato de mango, banana y mandarinas. Un café horrible que a ellos les encanta, los dos primeros que les prepare los escupieron y los arrojaron a la arena, ellos toman agua oscura con diez kilos de azucar , yo creo que para no darse cuenta de lo que estan tomando.
Nunca pensaron que el argentino "Che boludo" como me decían antes del desayuno les iba a resolver la comida para 5 en 15 minutos. A partir de ahí mi sobrenombre fue "Quico" o simplemente "Fede".
Pero el plato fuerte vendría después.
Salimos rápidamente a sumergirnos en este paraíso en búsqueda de langostas y caracoles para el almuerzo. 
 
Pescamos mucho y buceando conseguimos algunos animales.

Gustavo muestra la concha de uno de los caracoles que sacamos.


Augusto, hijo de Gustavo muestra el caracol que vivía dentro de esa concha tomándolo de la pesuña que usa para arrastrase por el lecho marino.
 
Yo lo comí, así como salio de la concha, sin anestesia y todavía mojado porque recién salia de bucear. Me sorprede el increible sabor que puede tener un bicho con semejante apariencia inmunda.
Al mediodía regresamos a "casa" para protegernos del sol que no tiene piedad y cocine un chupin de pescado fresco.
Lo que me dio un poco de lastima es que todos los pescados eran de colores intensos, azules, amarillos, verdes, parecían mas adecuados para estar en una pecera o un acuario en exhibicion que friéndose en una sartén mugrosa. Pero así fue....

Mientras tenia a los comenzales esperando el almuerzo contando chistes y disfrutando de esta vista. De izquierda a derecha: Esapartaco, Gustavo, Augusto y Manuel.

La cabezas de los pescados sirvieron de carnada para atraer a la costa a algunos peces ambrientos y dispuestos a aprovechar el plato de comida sin hacer esfuerzos. Rápidamente me metí con la cámara al agua y entre otros llego un par de peces globo a almorzar
5 minutos después llego un amigo, un tiburón arenero de 1,50 aprox de longitud que confundió la cabeza de pescado con mi pie, se acerco, lo olio y se dio cuenta que si mordía se metía en problemas.
Así que decidió irse sin masticar mis dedos, un poco transpire pero aguante bastante bien la respiracion, lo suficiente como para sacarle un par de fotos y que no salgan movidas.
La orilla se llena de peces, esos pequeños que ven allí son millones y se chocan con los tobillos.
Fueron dos noches y dos días en este edén que casi pierdo la posibilidad de conocer.
Pero todo lo interesante tiene que tener un final para seguir siendolo, es por eso que regresamos a Livingston cruzando nuevamente ese mar caribeño disfrutando los delfines, tortugas y peces voladores.

12 comentarios:

Anonymous dijo...

QUE GRANDE!! APLAUSOS!!!
ch

Anonymous dijo...

Borja lo contaba, vos lo viviste y nosotros con vos....
Lindísimo!!!
M

Federico Basile dijo...

Muy grosso Berghetti!!!
Me quedan algunas pregutas...
Además de cocinarles, tuviste que darles guita? o te la dieron ellos a vos?
Si el tiburón te mordía los deditos, estás seguro que el problema era suyo?
Y el Augusto posta dónde está?

Anonymous dijo...

Cuando te subiste al barco, no te dijeron que para que la excursión saliera bien, había que poner mas que el hombro?
Me imagino el sudor frío cuando empezaron a llamarte "che boludo" en el medio del mar...
Igual, todo sea por un viaje gratarola o casi a un lugar como ese. El que no arriesga no gana.
Como siempre un placer leer tu blog.
Larevedere si drum bum
Memo

Anonymous dijo...

está bien querido, sólo hay que mostrar la parte folclórica de la visita a los cayos con los chupines, PERO COMO TE DEJÓ EL CAYO ESPARTACOOOOO!!!!

Federico Basile dijo...

Ay Emilio... cómo escribís? Se dice "La revedere şi drum bun"!

la galle dijo...

fede!!! que huevos subirte al bote con esos viejos sabandijas!!! y encima cocinar!!!!!!! parecia una pelicula de terror!!!!yo me hago comer x el tiburon jajajaj
x favor no lo hagas mas!!!!!
la galle.

caro dijo...

Cayo de miedo! Con esas caripelas de filibusteros... Lo de los pececitos de colores es imperdonable, te merecias que el tiburon te trincara un dedo!

jojo dijo...

para los que dicen que lo mas caro es lo mejor o lo barato sale caro, aca hay un ejemplo de lo contrario.

Anonymous dijo...

Buenisimo Fede. Tanta agua y una isla de 150 metros me da claustrofobia o agarofobia dependiendo para que lado mire. A ver si nos venis a concinar a nosotros algun dia.
Yani

Sil dijo...

BUENISSIMO!! Bravo por el osado chef!! Que suerte que les gusto el desayuno, no?!!... Que siga la aventura! Saludos desde Laos

Anónimo dijo...

Buena aventura no Pibe, anduviste con el capitan mas conocido como Sambuta en la buga Livingston.....