martes, 29 de marzo de 2011

Lanquin - Semuc Champey - 12 de Marzo

Alguna vez íbamos a llegar a Lanquin, pero como les comentaba en otras publicaciones los medios de transportes son realmente de lo mas variado y todo lo que representa lograr tomarlos se transforma en una aventura paralela, donde se puede conocer gente, situaciones de vida, el país y comidas "fas fud" chapinas. Las esperas en las conexiones y transbordos no suelen ser aburridas, por lo contrario resultan ser siempre bastante entretenidas.

A veces leyendo un poco al lado de los curiosos de siempre,
o buscando algo para comer.

Si mal no recuerdo ya viajamos en: Bus de primera, bus de segunda, bus de tercera, chicken bus, micro bus, taxi, camión de maíz, camión de leña, tuc tuc, pie, lancha, canoa, barco, dedo (o sea lo que venga).
Lo mas probable es que vengan atestados pero con la gente siempre de buen humor como disfrutando de poder compartir ese momento todos juntos, parecido a la linea D un Lunes a las 8:30 de la mañana hacia Catedral...
Como no podíamos ser menos llego el momento del desafío.

Generalmente, para recorrer una distancia de 150 km se necesitan hacer hasta 3 transbordos, suelen ser en pueblos inhóspitos o cruces de rutas en medio de campos secos o quemados con rastros de siembra de maíz o frijoles.

Lo bueno es que los viajes son muy baratos y entretenidos. Siempre existe la alternativa de viajar en microbuses de Gringos que cuestan mas del doble (igualmente barato) pero no son ni tan auténticos, ni tan entretenidos, ni tan incómodos, ni tan productivos como estos...

Todo tiene su costo, por eso a veces cuesta tanto conseguir un buen lugar donde viajar, pero hay que ingeniárselas para obtener lo que uno quiere sin generar irritaciones en los compañeros de ruta.

Algún compañero de viaje extrañado de ver pieles blancas, brazos peludos y ojos claros acompañandolo en su circuito cotidiano.
Lanquin un pueblo chico, muy chico, pero con una iglesia muy atractiva
Dominando un punto alto del pueblo se muestra derruida, austera y gastada sin vergüenza alguna.
Otras calles del pueblo,
y algunos de sus habitantes que curiosos salían a ver al supuesto gringo.
Otros cazados por la cámara mientras esperaban a la sombra de la vereda de enfrente a que llegara algún transporte.
Desde este pueblo visitamos Semuc Champey (puente de piedra), un sitio en el que se dio un fenómeno natural que formo un puente de piedra caliza de 300m de longitud sobre el río Cahabon y sobre él una seria de piletas de piedra caliza que llenas con el agua cristalina que arrastra el río da tonalidades verdes, turquesas y azules de los mas variados, según muchas personas el mejor paisaje de Guatemala.
Enclavado en el medio de la selva como un río de piedra.
 Visto desde un mirador a varios metros de altura.
Una vez estando abajo, nos quedaba solo zambullirnos en ese espejo de miel.
Otro paisaje que me llamo la atención fueron las laderas de las montañas pintadas de colores, las piedras salientes están generalmente decoradas con tonos que se repiten como siguiendo un patrón.
Detrás de cada curva aparece un nuevo salpicado, un nuevo mural. A veces naranja, aveces verde y blanco.
Pero lo mas angustiante fue descubrir que significaban esas pintadas.

El alto nivel de analfabetismo de estas regiones obliga a los partidos políticos a hacer proselitismo con un color bien determinado para que los votantes lleguen a las urnas identificados con uno de ellos y no necesariamente con un lema o propuesta escrita.
Lo que en un principio resultaba algo pintoresco se transformo en un instante en la huella de la tristeza en colores.

viernes, 25 de marzo de 2011

Raxruha - 10 de Marzo

Raxruhá es uno de esos pueblos que si te lo describen como es, no irías jamás en tu puta vida, de esos que la ruta les pasa por el medio, que tenés que caminar por la banquina esquivando serotes ( como le dicen acá a los sorétes) y rogando que no te pise un desquiciado con su pickup. Lleno de basura tirada a los costados, de esos pueblos que a los perros les falta una gamba, tienen un ojo tuerto o el pelo sarnoso, pero nosotros llegamos allí recomendados por el grupo MAPAS de GUATEMALA (léase Antonio, Joaquín y Renato), lo mejor de todo es que después de esta descripción, imaginen que no había un turista. No tengo ni una foto para ilustrarlo porque no encontré un punto de vista que valga la pena gastar un par de megas de memoria. Suerte que nos convencieron con la recomendación de parar en el hotel Cancuén del dr. Amilcar, un fenómeno, que nos hizo conocer las cuevas de la Candelaria en el tramo los nacimientos.
70 metros de altura en algunas partes.
Y las ventanas que cada tanto dejan entrar un poco de luz.

Caminar por estas grutas es bastante nocivo para los tobillos.
Este tramo es solo uno de los cuatro en los que esta dividida esta inmensa cueva de 32km de longitud aprox. Por la que dentro transcurren ríos, se forman piscinas y saltos naturales. Nos mostró tres cuevas secas: Dientes de ratón, El rostro, La blanca. Después nos metimos en una húmeda: Arcilla. Dentro se encuentra de todo, inclusive un altar de ritual Maya, todavía hoy en día se acercan a las cuevas para hacer sus ofrendas como hace 2300 años.
También algunos amigos despiertos y expectantes… 
Para terminar el día de aventura hicimos Tubbing, una nueva palabra que hasta ahora solo me remitía a alguna grosería. Básicamente es esto:
Y después por adentro...

Algunas instantáneas con la cámara sumergible que compro Augusto de los ríos entubados.


A la salida del Tubbing caminamos por una zona selvática y encontré una flor de esas que te hipnotizan, no podía dejar de mirarla, parecida a Pau.

Todavía no se como se llama, ya voy a conseguir su nombre...
Inconscientemente comimos la manzana de Adán, en realidad solo se llama Tepezcuintle, una especie de rata pero sin cola y mide 50 cm de longitud. Claramente acompañado con arroz, ensalada y la infaltable Gallo.

A los dos días de saborear esa carne, nos enteramos que es un bicho en vías de extinción y que esta prohibida su venta y consumo en todo Guatemala junto con la tortuga, el venado y otros salvajes. Por mas que no sea políticamente correcto decirlo, no me arrepiento de haberlo probado, es exquisito.

Viajar por Guatemala es muy sencillo, siempre que estés dispuesto a cualquier cosa con tal de llegar al destino estipulado. Y así y todo, a veces no se llega...
Salimos corriendo de Raxruha porque se nos venia la noche, el transporte es escaso y para llegar a nuestro próximo destino teníamos un camino de ripio y cornisa (acá terraceria) con varios transbordos. Subimos a uno de los miles de microbus que existen en guatemala con destino Sebol, un pueblito que la gente lo conoce solo porque esta en un cruce de dos rutas, o mejor dicho caminos, o como las quieran llamar...

Cruzamos ríos en barco porque faltan puentes

Y tomamos mas microbuses
Y llegamos a Sebol pero la idea era desde allí salir inmediatamente a Lanquin, ya no pasaban mas transportes públicos, porque acá a las 17:00 hs se mueren las rutas y el transporte público (esta heavy el tema seguridad), conseguimos que una camioneta nos acercara a un pueblo perdido en el medio de la nada y de allí un camión que transportaba maíz.
Viajamos en la caja un poco mas de dos horas y la noche nos agarro en plena ruta sin haber llegado a Lanquin (nuestro próximo destino). Nos quedamos en un pueblo remoto llamado Campur que no tenia alojamientos.
Nunca pensé que iba a necesitar de la iglesia (el Arca de Noe) para repararme del diluvio que se vino. Si, así fue, terminamos durmiendo en un galpón que tiene la parroquia del lugar para alojar indigentes y otras personas a modo de caridad.

Pagamos 5 quetzales cada uno (2,5 pesos) y nos recostamos en unos tablones de madera, sobre los que pusimos un Petate (esterilla) para aislarnos un poco del frió. vestidos y abrigados y sin ningún tipo de frazada pasamos la noche que mas llovió desde que llegue a Guate.

No pudimos dormir mas de las 5 de la mañana cuando nos levantamos doblados, mirando un techo de chapa que chisporroteaba con el golpe de las gotas.Abrimos la puerta del galpón y cruzamos la calle en busca de algo caliente, un café sin gusto pero recuperador y salimos en busca de transporte para Lanquin.

lunes, 21 de marzo de 2011

Tikal - 8 de Marzo

Supongo que la gran mayoría de las personas conocen o escucharon hablar de Tikal por lo espectacular que resultan sus restos arqueológicos y su estado de conservación, los templos y las pirámides que la civilización Maya construyo entre los años 250 a.C hasta el 1520 d.C, cuando los españoles irrumpieron en este territorio.

Efectivamente así es, pero hay algo que esta a la par de todo ese genio que deslumbra y es el contexto en el que se encuentran. Es la selva la que le da toda esa magia cautivante, los animales que se ven, se escuchan y la potencia de las plantas y los árboles.

Caminas por senderos que parecen infinitos, nunca se sabe bien hacia donde vas, se pierden las referencias, como entrar a túneles,
que a la madrugada la bruma les inyecta un clima tenebroso.


Subimos escaleras de raíces,

y entre la tupida maleza se abren ventanas que te dejan ver las ruinas desde lejos como haciendote desear.
pero siempre se llega a algún lado y suele no descepcionar.
Ese punto amarillo sentado en el primer escalon es Augusto, pero mejor se los muestro un poco mas de cerca para que tengan una idea de lo empinada que son esas escaleras.

Lo increíble no es que los Mayas hayan hecho sus escaleras de esta forma, dado que debajo de cada una de estas pirámides se encuentran otras 4, 5 o 6 mas antiguas que los sucesivos reyes utilizaban como cimiento para no tener que empezar a construirlas de cero y poder hacer una mas alta demostrando su grandeza, sino que en la actualidad hayan construido a su lado una escalera de madera el doble o el triple de empinada, que con la llovizna se pone resbaloza, para que los visitantes puedan subir "cómodamente y sin problemas".
Augusto que descubrió que sufre de vértigo, intentando subir la escalera se abatato en la mitad, le empezaron a temblar las piernas y casi lo tenemos que bajar en helicóptero, estuvo durante toda la cima como si estuviera imantado a la pared, apoyado en la piedra, sin siquiera intentar acercarse a la escalinata para ver hacia abajo, debe ser una sensación desesperante.
Pero la verdad es que llegar hasta allí arriba tiene su recompensa,

las vistas desde lo alto son increíbles y poder superar las copas de los arboles te permite ver como se asoman esas rocas del manto verde infinito.
Una vez de regreso abajo, es importante descansar para poder seguir la caminata.
Solos y tranquilos.

Siempre hay algún pelotudo que se tienta a dejar su impronta en este lugar sagrado a pesar de los carteles que advierten lo contrario.
Para los mas observadores les dejo la tarea de descubrirlo...
No supongan que fui yo, les pido por favor, soy muy respetuoso de estos lugares.
Entre otras cosas me sorprendió la soledad con la que se camina por todo el predio de este yacimiento tan importante del mundo Maya, como si estuviera olvidado por la gente.
Esto lo hace mas mágico y permite que los animales caminen a la par de uno, como disfrutando de las ruinas.
Un zorro,
Faisanes, arañas,

Son suaves y cariñosas, no se quieren despegar de arriba tuyo.
También vimos monos, coaties, tucanes, pájaros carpinteros, tepezcuintles, serpientes y miles mas.
Los dos arboles que mas me impactaron fueron esta Ceiba (árbol nacional) enorme

y lo que ellos llaman el Matapalo.

 Un arbol que se aprovecha parasitariamente de la energia de otro para crecer a costa suyo.

Yo prefiero llamarlo el abrazo del amor, sin pensar que hay amores que matan...

Un dia largo que supone quedar exhausto.

Pero que tiene su recompensa cuando a las 18:00 se sube al imponente Templo IV de 76 metros de altura y se disfruta de un gran atardecer.

Y después la larga caminata de regreso, para salir del predio, iluminados por la tenue luz que daba la luna en cuarto creciente,
recortando la fantasmal silueta del Templo I, Gran Jaguar.